La noche quiebra desnudo un cielo negro de luto. La luz de la luna alumbra estrellas que buscan un rebrillo en el tenebroso cielo de la Ciudad. Un luto riguroso baña las calles de Sevilla mientras que los templos echan sus velos negros sobre vírgenes y Cristos. La ciudad entristece por los que pasaron la vida en sus calles y hoy ocupan el camposanto de San Fernando. Florece la Tristeza en la Híspalis que busca ya la niebla Purísima de Diciembre. Mientras tanto solo el llanto afluye en la Ciudad.
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