Será como esa otra, esperada. Alcanzara límites de desvelo insospechado, pero al final conciliaremos el sueño. Un sueño que nos hará pedirle a los Magos que el calendario al revés en que se basa nuestra vida pase cada día más deprisa. Pondrá el inicio de un tiempo que está por llegar y que cada vez presentimos más de cerca. Un día, una noche mágica que devuelve a la Ciudad y los corazones al letargo incesante que nos hará despertar de este sueño profundo en que llevamos desde aquella tarde de Sol tras las Aguas que vinieron. Y poseer la ilusión de volver a verte por tus calles que sueñan tu Epifanía para mostrar por Sevilla, Señor, tu Gran Poder que conmueve, que conduce a la impaciencia y que hasta nos hace vivir despiertos en una Madrugada tan Santa como la que la Luna de Nissan nos mostrara su mayor despilfarro de luz. Es la noche de la Ilusión.
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