lunes, 4 de abril de 2011

Porque mira al cielo azul


La calle Castilla es donde termina Triana, o donde empieza, según la dirección que cojamos. El comienzo de la calle Castilla lo marca el mercado, o bien el Patrocinio. En el comienzo por el Patrocinio está el comienzo de la vida, o bien el último aliento antes de la Salvación. ¿A dónde mira El Cachorro? Dicen que no ha visto nunca ni Sevilla ni Triana, ni el barrio del Baratillo ni la Capillita del Postigo, sólo ve balcones desde los que le cantan Saetas, Seguirillas, Soleares de Triana. Sólo ha visto al Giraldillo (casi ná) y a la Inmaculada que culmina la Plaza del Triunfo, con la que dicen, mantiene diálogos en la noche del Viernes Santo. Lo que es certero es que mira al cielo azul, como dice la sevillana, de esta tierra mariana que busca en su cara la Luz. La luz de un mundo mejor, la luz de una última expiración antes de la muerte que lleva a la vida. El Cachorro muere o renace en la cruz, porque sus ojos miran al cielo, no se cierran en Sevilla, ni en Triana. Están abiertos siempre porque son los ojos de Dios. Cachorro de Dios, Cachorro.

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