jueves, 29 de septiembre de 2011
La sombra de la devoción
El sol bañaba la sierra con el despertar áureo de la mañana. Este sol de justicia que, en sus primeras horas, sorprendía a la Estrella más reluciente del firmamento por los campos de la sierra, reflejando su silueta en laderas y arboledas que, bañadas con su mirada, alegraban la presencia de la Más Pura entre todas. La sombra de la devoción de un pueblo que vive en penumbra desde que Su Luz se marchase hasta otra nueva primavera. Es la sombra que nos queda, la sombra de la devoción, de entrar en Su Casa y verla más vacía que nunca porque nos falta Su Mirada, porque sólo la tenemos en nuestro pensamiento y en nuestro corazón, que con eso nos bastará para anhelarla por siempre. La Sombra que nos dejó es hoy lo que nos reconforta en Su Ausencia.
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