jueves, 1 de septiembre de 2011
Septiembre...
Gris y húmedo, cual final del verano. Septiembre llega con el propio sentido de melancolía que busca en sus tardes, cada vez más cortas, el reflejo de un verano que se marcha casi por los poros de la piel. Se apagan las luces que dieron vida al parque de infancia, una vez regado el albero con el arte y la fiesta de un pueblo que vivía sus días grandes. Ahora llega Septiembre, que marcará el fin y el inicio. El fin de una estancia, el inicio de la ausencia. La ausencia llegará con el tintineo acompasado del repicar de campanas, tañiendo en la penumbra de una sombra alargada. Llega Septiembre, el mes del adiós.
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