martes, 28 de febrero de 2012
Cinco Luces, cinco Sombras
Caminan los días alargando sus pisadas, zancadas impetuosas de un tiempo que sucumbe al abismo de la angustia. Las pisadas leves pueden oirse, cercanas rechinando sobre asfaltos encerados por los primeros cultos externos de esta Cuaresma que avanza silente en sus primeras noches. Estas noches que nos trae las cinco luces de la devoción contenida, del amor eterno que Su Mirada nos derrocha. Cruzamos nuestra vista con la Suya y ¿quién es capaz de mantenerla un segundo? ¿Quién es capaz de aguantar esa humildad de un Dios cargado de Poder Divino, pero de humanidad cercana en su Imagen? ¿Quién se atreve a rendir cuentas ante este Dios que hoy se nos muestra cargado con el peso del pecado?. Nadie, nadie soportará la angustia de estos cinco días de luces, de sombras, de vida y esperanza, pero también de vaticinio de sufrimiento y muerte. Todo es necesario, nada imprescindible. Dios mismo se nos da en estos cinco días más cercano que nunca, antes de recorrer nuestras calles camino del Calvario. Seamos cirineos del Señor que necesita ayuda para llevar nuestros pecados hasta la muerte.
lunes, 20 de febrero de 2012
La Espera
Y que hay mejor que una espera, cuando se sabe que desembocará en la dicha plena. Estos dos días que faltan para adentrarnos de lleno en el tiempo que más nos gusta tienen ese regusto personal de lo anhelado. Tras un año de espera llegan los días gozosos de las vísperas. Las noches de parihuelas, las tardes de cultos, las mañanas frescas de los últimos días del letargo gris en el que hemos estado sumidos un año entero. Estos días de este año más que nunca son deseados. Por tantos motivos, por la aguada del año pasado, por los soles que deseamos para este. Por la cera que no se consumió en su día, y que alumbrará al Señor en sus Cultos de Cuaresma. En menos de una semana Dios Mismo pisará un año más el frío mármol del Altar Mayor de su Parroquia. Bajará de su Camarín donde recibe el beso de su pueblo, un pueblo que sueña ya con los días esperados. La espera sigue su ciclo y le quedan pocas noches, pocos sueños, pocos despertares hasta que la gloriosa mañana se torne en repique de campanas, palmas y ramos para alabar con Hosannas al Hijo de Dios.
miércoles, 8 de febrero de 2012
A dos lunas de la Luna
Hay quien cuenta los días de uno en uno, hay quien lleva la cuenta atrás en este calendario que marca inexorablemente el tiempo que queda por llegar. Hay quien mira al horizonte, calculando con las sombras que se forman las horas que quedan. Y hay quien de noche mira al cielo buscando la luna llena. Dicen que son doce al año, según la cuenta sólo faltan dos para que esa Luna, la Llena de Nisan, nos bañe con su luz, ayudando a la cera fundida a iluminar las calles de la ciudad. Sólo dos lunas nos faltan, las que quedan por llegar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)