martes, 28 de febrero de 2012

Cinco Luces, cinco Sombras

Caminan los días alargando sus pisadas, zancadas impetuosas de un tiempo que sucumbe al abismo de la angustia. Las pisadas leves pueden oirse, cercanas rechinando sobre asfaltos encerados por los primeros cultos externos de esta Cuaresma que avanza silente en sus primeras noches. Estas noches que nos trae las cinco luces de la devoción contenida, del amor eterno que Su Mirada nos derrocha. Cruzamos nuestra vista con la Suya y ¿quién es capaz de mantenerla un segundo? ¿Quién es capaz de aguantar esa humildad de un Dios cargado de Poder Divino, pero de humanidad cercana en su Imagen? ¿Quién se atreve a rendir cuentas ante este Dios que hoy se nos muestra cargado con el peso del pecado?. Nadie, nadie soportará la angustia de estos cinco días de luces, de sombras, de vida y esperanza, pero también de vaticinio de sufrimiento y muerte. Todo es necesario, nada imprescindible. Dios mismo se nos da en estos cinco días más cercano que nunca, antes de recorrer nuestras calles camino del Calvario. Seamos cirineos del Señor que necesita ayuda para llevar nuestros pecados hasta la muerte.

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