martes, 15 de marzo de 2011

Cinco días de esplendor


Son estos días de acercarnos al templo, a contemplar diariamente el esplendor de un Dios que se ofrece cercano y humilde, a la vez que poderoso y misericordioso. A comprobar que tenemos cerca al Dios compasivo que nos tiende su mano para llevarnos con Él hacia la Pasión y la Muerte. Que nos prepara para la Pascua de Resurrección cada vez más cerca. Todo es esplendor a su alrededor, todo es maravilla en su entorno. Se aferra a su Cruz como nosotros a Él. Y aferrados a su misericordia acudimos un día más, con la tranquilidad y la mansedumbre de Cristo, que echa a andar hacia el Calvario cargado con nuestros pecados para salvar al Mundo. Y al volver del templo, en estas frías noches de Cuaresma nos daremos cuenta que poco importa, que con el calor que nos da Su Presencia es suficiente para sobrellevar diariamente nuestra vida, una vida entregada por y para Él, que esplendorosamente se muestra más cercano en estos cinco días en los que dedicamos nuestra vida a su Culto.

(Altar de Quinario de la Hermandad de Jesús Nazareno de Guadalcanal, año 2009)

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