jueves, 24 de marzo de 2011

MISERICORDIA


Cristo mira al cielo en Santa Cruz. Un cielo que se abre de par en par en tinieblas de la tarde, de unas nubes estremecedoras y que amedrantan con su peor rostro. El Señor expira y clama al cielo: En Tus Manos encomiendo Mi Espíritu. Y la silueta recortada de los balcones antiguos acompaña la Misericordia de Dios por las calles estrechas de su barrio. El campanil de la torre, centinela de la Catedral, anuncia la hora en que Cristo va a redimir al Mundo. Y el Señor nos abre los brazos de par en par, abrazándonos y demostrando que no hay más verdad que Su Mirada, que busca en el Cielo de Sevilla la luz de las tardes que amplían el tiempo.

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