lunes, 14 de marzo de 2011

Cinco luces

La Humanidad se rinde ante la Divinidad. El poder humano y divino de Dios se refleja en los ojos del Nazareno, cansado y abatido por el peso de la Cruz, que a grandes pasos apura el camino hacia el Calvario. Las miradas bajo el antifaz se vuelven a contemplarlo. Cinco luces miran con amor la cara del Nazareno. Cinco luces, con sus cinco sombras. Cinco días, con sus cinco noches. Quinario de luces y sombras que invita a la oración ante el Señor, que abraza a su pueblo como al bendito madero que lo tortura. Cinco días, tan sólo cinco días para acercarnos a la figura de Dios a través de su más fiel representación en la Tierra. Después de estos cinco días, el gozo estará más cerca.

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